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Más allá de los proyectos de obra nueva hay una dimensión del oficio de arquitecto mucho menos conocida pero sin duda igualmente gratificante, consistente en dar solución a los pequeños problemas cotidianos relacionados con las arquitecturas en las que desarrollamos nuestras vidas, mejorando las condiciones habitacionales de las mismas.

Muchos de esos problemas y mejoras necesarias tienen que ver con la eficiencia energética, pues durante las últimas décadas se ha menospreciado la importancia de esa aspecto en la mayor parte de las viviendas construídas en nuestro país, dando por resultado casas incómodas térmicamente que se calientan excesivamente en verano y que resultan gélidas en invierno.

Afortunadamente, y al igual que pasa con los electrodomésticos o los vehículos, cada vez se presta más atención a la eficiencia energética de los edificios que construimos. Esto también se refleja en las políticas de la Unión Europea, que cada vez dirigen mayores esfuerzos a la puesta en marcha políticas de rehabilitación energética.

En Extremadura esto se refleja entre otras medidas en el Programa de Fomento de la Rehabilitación Energética de la Vivienda Existente (PEEVE). Un programa de ayudas a la rehabilitación de viviendas que viene convocándose por la Junta de Extremadura desde hace algunos años.

Como bien dice su título, este programa busca fomentar las rehabilitaciones de viviendas con el objetivo de hacerlas más eficientes, de tal manera que se necesite menos energía para calentarla en invierno o refrescarla en verano. Por ello las ayudas cubren el 60% hasta 15.000 euros de intervenciones como el aislamiento de cubiertas y fachadas, el cambio de ventanas y puertas exteriores, la sustitución de equipos de calefacción, refrigeración y agua caliente o la instalación de sistemas fotovoltáicos, térmicos y biomasa. Se incluye además una línea “contra la pobreza energética” que cubre el 100% de la intervención, manteniendo el límite de 15.000 euros.

Como parte de esa otra dimensión del oficio que queremos desarrollar y conscientes del interés que este programa de ayudas puede despertar en muchas personas, desde miga decidimos hace ya un par de años especializarnos en la tramitación de este tipo de ayudas.

Para la convocatoria de este año realizamos además una serie de charlas informativas por los pueblos y ciudades de nuestro entorno, dado que la administración regional no tenía previsto acciones similares. En ellas constatamos la gran necesidad de este tipo de ayudas para muchas personas cuyas viviendas requieren con urgencia de mejoras energéticas básicas y cuya precariedad económica les impide afrontarlas sin apoyo externo.

Charla informativa en Librería La Industrial (Zafra)

Durante este tiempo, hemos asesorado y elaborado la documentación necesaria para cambio y aislamiento de cubiertas, cambios de ventanas y puertas o la instalación de calderas de biomasa (pellet) a numerosas personas. Todas ellas han conseguido así mejorar el aislamiento térmico de su vivienda, logrando no solo un mayor confort térmico sino también un ahorro económico en las facturas de energía.

Es necesario que desde la administración se siga apostando por este tipo de iniciativas, mejorando los aspectos que las hacen todavía inaccesibles para la parte más vulnerable de la población: Facilitando el acceso al crédito, realizando acciones informativas de las nuevas convocatorias previstas y reduciendo los tiempos de resolución y ejecución de la ayuda.

Desde miga y a través de nuestras redes sociales, seguiremos informando de futuras convocatorias.